Érase una vez una niña llamada Blanca. Un día Blanca fue a comprar comida al pueblo más cercano, que quedaba atravesando el bosque de los Duendes y el lago Garra de Tigre.
Cuando paso por el bosque se encontró con un conejo ¡que hablaba!( ¡claro era un lugar mágico! ) el conejo le dijo - ¿ a dónde vas pequeña? Blanca respondió – Al pueblo más cercano. La niña siguió su camino, luego de llegar compró la comida y se fue.
Al llegar a su casa se divirtió jugando. Cuando se diò vuelta su mamá le dijo – ve al bosque y trae una canasta con manzanas, para tu compota. Blanca fue al bosque y en mitad del camino viò una flor violeta, pero esta era rara con centro suave de color dorado y pétalos con pintitas blancas, además de ser violeta.
Blanca pensó que si la cortaba se la podía llevar al rey de los Duendes el gran “Yifo” señor del bosque. Cuando se la llevo Yifo le dijo – es la flor de la buena suerte, no debes perderla. Y así Blanca fue a su casa donde le contó a su mamá lo que pasó… y cuando fue de noche la flor se volvió brillante, con esa luz la niña se despertó y la flor le dijo – soy una flor que concede deseos pídeme lo que quieras. La niña pidió tres lingotes de oro con los cuales se volvió rica y vivió feliz para siempre.
Y colorìn y colorado, este cuento se ha terminado…